Pero a diferencia del séptimo mes del año, agosto mostraría un respiro. Según las estimaciones de analistas, la inflación mostraría una variación entre 0,2% y 0,3%.
De todas formas, dicho registro implicaría un incremento en su mirada anual. Con el 0,2% mensual, la serie empalmada del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) crecería desde un 4,6% a un 4,7%, y la referencial del Banco Central llegaría a 4,5% desde el 4,4% actual. Si se cumple el 0,3%, la serie del INE subiría a un 4,8%, mientras que la serie del ente autónomo a 4,6% anual.
Tanto Inversiones Security como Coopeuch prevén una variación mensual de 0,2% para el octavo mes del año.
El gerente de Macroeconomía de Inversiones Security, César Guzmán, explica que hay productos con alzas estacionales como las frutas y verduras frescas, a lo que se suman incrementos en los precios de gasolinas y carnes y pescados.
Por el lado de las incidencias positivas, el economista jefe de Coopeuch, Felipe Ramírez, destaca el gas licuado, alimentos adquiridos en restaurantes, cafés y similares, y arriendo. A su vez, espera bajas en el valor del transporte aéreo internacional, los limones y el transporte en bus interurbano.
Por otro lado, el economista jefe de Fynsa, Nathan Pincheira, estima un avance de 0,3% mes a mes. El resultado se explicaría principalmente por la división de alimentos. “Al parecer, varios de los aumentos estacionales que se dan en septiembre estarían adelantandose, como es el caso de carnes y verduras”, menciona Pincheira.
La investigadora del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), Carolina Molinare, también se suma a la proyección de Fynsa, y prevé un alza en la carne de vacuno, toda vez que las importaciones de este alimento empiezan a aumentar producto de las Fiestas Patrias.
JP Morgan también espera esa magnitud.
¿Y las tarifas eléctricas?
En el Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, el Banco Central realizó una importante revisión en sus estimaciones de inflación para este año -desde 3,8% a 4,2%- debido principalmente al alza en el precio de las tarifas eléctricas luego de que estuvieran congeladas por casi cinco años.
El primer efecto importante se vio en julio, con un alza mensual de 12% en el suministro de electricidad.
Guzmán plantea que en agosto, ello debería aminorarse y que el impacto sería “muy acotado”. Pincheira concuerda y espera que aquello se refleje en el ítem gasto común. Ramírez, en tanto, espera una variación nula.
El próximo incremento significativo de las tarifas eléctricas se prevé para el IPC de octubre, dicen desde el mercado.