Un estudio publicado en la revista Nature, analiza la posibilidad futura de terraformar el planeta Marte y cómo esto podría llevarse a cabo en 3 pasos, que implican realizar cambios masivos en su superficie y atmósfera.
El equipo científico, dirigido por Erika DeBenedictis, investigadora con un doctorado en Ingeniería Biológica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), señala en su paper que la terraformación de Marte “ha cautivado la imaginación desde hace tiempo, pero sorprendentemente ha recibido pocos estudios rigurosos”.
“Hace treinta años, terraformar Marte no solo era difícil, sino imposible. Pero nuevas tecnologías como Starship (el megacohete de SpaceX) y la biología sintética lo han convertido en una posibilidad real“, dice DeBenedictis en una entrevista con Space.com.
¿Cómo terraformar Marte?
Desde la época del célebre astrofísico Carl Sagan, que solía hablar de la terraformación, se teoriza que para hacerlo con Marte sería necesario calentar el planeta a una temperatura que pudiera sostener a los microbios productores de oxígeno y el agua líquida.
Considerando estos factores, DeBenedictis y su equipo proponen un plan de 3 pasos. El primero, calentar la superficie marciana a al menos 30° C, para así derretir el hielo subterráneo y liberar el dióxido de carbono atrapado.
Para esto se utilizarían técnicas de ingeniería climática abiótica, como por ejemplo, velas solares reflectantes o la dispersión de nanopartículas. Los científicos creen que al calentarse Marte, se espesaría su atmósfera, permitiendo que se derrita el hielo.
El segundo paso sería introducir masivamente microbios extremófilos, que son organismos que pueden vivir y prosperar en entornos hostiles para la mayoría de los seres vivos.
Si se modificaran genéticamente para adaptarlos a las condiciones de Marte, su presencia en el planeta impulsaría la sucesión ecológica, producirían oxígeno, materia orgánica y se generarían cambios en la química marciana.
Por último, habría que construir una biosfera compleja, el paso más largo. Esto implicaría aumentar la presión atmosférica y el oxígeno, para hacer sostenible una vida vegetal más avanzada.
A largo plazo, esto permitiría que los humanos respiren sin ayuda en la superficie de Marte, creen los científicos. Pero todo ello tomaría tiempo. “Reverdecer Marte podría considerarse el mayor reto de la restauración ambiental“, expresa Edwin Kite, coautor del estudio y profesor asociado de la Universidad de Chicago.
De hecho, la terraformación podría tomar siglos, eso sumado a que en la Tierra aún no existe la tecnología suficiente para lograr todos los pasos. El estudio sugiere que habría que continuar estudiando campos complejos de la física, química, biología y la ciencia de los materiales.
¿Qué pasaría?
Si bien, sería posible con las herramientas necesarias, hay un riesgo, y es que al transformar Marte, se perdería su historia geológica, advierten los científicos.
Nina Lanza, científica planetaria del Laboratorio Nacional de Los Álamos y otra coautora del estudio, por su parte, dijo que también es importante preguntarse si vale la pena.
“Si decidimos terraformar Marte, lo transformaremos de maneras que podrían ser reversibles o no“, señala. “Es un planeta independiente y tiene su propia historia. Al terraformarlo, prácticamente ya no tendremos la oportunidad de estudiarlo y podríamos perder el conocimiento sobre la formación y evolución de los planetas“.
Lanza cree que, si alguna vez hubo vida en el pasado marciano, al terraformarlo se podrían perder sus rastros.
DeBenedictis, por su parte, dice que el planeta rojo es un laboratorio ideal para la experimentación de soluciones ambientales que podrían ayudar a la Tierra, en vistas de la crisis climática en la que se encuentra.
“Marte es un mercado objetivo único porque no tiene petróleo, infraestructura existente ni statu quo. Por esta razón, desarrollar tecnologías verdes para el espacio es una estrategia eficaz para su maduración y uso en la Tierra“, concluye.
Referencia:
Erika Alden DeBenedictis y otros autores. El caso de la investigación sobre la terraformación de Marte. Revista Nature, 2025.