Builder.ai, una startup afincada en Londres, se declaró en bancarrota luego de revelarse que su plataforma de inteligencia artificial (IA) era impulsada por 700 ingenieros humanos ubicados en India.
De acuerdo a un reporte del diario Perfil, la compañía fue fundada en 2016 por Sachin Dev Duggal y se presentó en el mercado como “una plataforma de software componible impulsada por IA” que permite a cualquier persona crear aplicaciones web y móviles “en una fracción del costo y tiempo del desarrollo de software tradicional”.
La empresa llegó a estar valorada en US$ 1.500 millones y recibió una inversión de US$ 445 millones por parte de Microsoft en 2023, como parte de una asociación estratégica. Otras inversiones llegaron desde la Corporación Financiera Internacional del Grupo del Banco Mundial, WndrCo del magnate de Hollywood Jeffrey Katzenberg, Lakestar y la incubadora Deepcore de SoftBank Group Corp.
Bernhard Engelbrecht, fundador de Ebern Finance dio a conocer en un posteo en X que “la startup BuilderAI ofreció escribir cualquier aplicación, como en un constructor, seleccionando las funciones necesarias. En realidad, las solicitudes de los clientes se enviaban a la oficina de la India, donde 700 indios escribieron código en lugar de IA”.
Builder.ai: cifras de ventas “infladas”
A fines de mayo, fiscales estadounidenses exigieron a Builder.ai que entregara sus estados financieros y otros documentos, lo que indica que la empresa de inteligencia artificial ya se enfrentaba a una investigación judicial antes de su quiebra, informó Bloomberg.
La solicitud se produjo tras las informaciones sobre el cambio de dirección y los problemas financieros de la empresa con sede en Londres. En marzo, varios exempleados de Builder.ai señalaron a Bloomberg que la empresa había inflado las cifras de ventas en varias ocasiones. El fundador y director ejecutivo de la empresa de inteligencia artificial, Sachin Dev Duggal, fue destituido en febrero.
El colapso de Builder.ai se produjo después de que un grupo de acreedores, liderado por la empresa israelí Viola Credit, incautara la mayor parte del efectivo de la empresa tras revelarse que había exagerado sus previsiones de ingresos en un 300%, según Bloomberg.