Retrasos en la tramitación de permisos en la región están frenando proyectos clave y provocando pérdidas por más de US$100 millones, especialmente en el sector energético. La falta de gestión amenaza con postergar la creación de más de 5.000 empleos en la región.
Los tiempos para aprobar proyectos en la Región del Biobío se han transformado en una barrera silenciosa, pero de alto impacto económico. Según un estudio de la Universidad San Sebastián, los atrasos en los procesos de permisología representan pérdidas superiores a US$100 millones solo en este año, con los proyectos energéticos liderando el ranking de los más afectados.
El informe, que mide el costo económico del retraso administrativo, muestra que una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) puede demorar hasta 410 días en promedio. En el caso de proyectos que requieren Evaluación de Impacto Ambiental, el plazo se extiende a 1.870 días, más del doble del promedio nacional.
“Estamos frente a un problema de gestión, no de normativa. Las reglas son las mismas desde 2010, pero los plazos se duplicaron”, advirtió Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía de la Universidad San Sebastián.
Las energías renovables -pieza fundamental para la transición energética del país- son las más golpeadas por esta lentitud, seguidas por el sector de la construcción. Según Juan Ignacio Lathrop, consejero nacional de la Cámara Chilena de la Construcción, hace pocos años los trámites tomaban menos de mil días; hoy, los procesos se alargan sin mayor justificación técnica.
Desde el gobierno regional, en tanto, aseguran estar tomando medidas. Carolina Parada, secretaria ejecutiva del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío, explicó que ya están aplicando un nuevo modelo de gestión que ha permitido aprobar 55 de las 90 gestiones impulsadas bajo esta iniciativa.
El dato más revelador del informe: si se destrabaran los proyectos actualmente detenidos por permisos, la región podría generar 5.300 empleos nuevos. Una señal clara de que modernizar los procesos no es solo urgente, sino también estratégico para el desarrollo del Biobío.