¿Cómo será el cable de Humboldt? Conectará Chile con Asia y Oceanía

 

Esta semana finalmente se concretó el acuerdo entre Chile y Google para instalar una red submarina de internet que conectará a Latinoamérica con Asia y Oceanía, el cable de Humboldt, pero, ¿en qué consiste?

Se trata de un cable de fibra óptica que se extenderá por más de 14.000 kilómetros desde Valparaíso hasta Sídney, en Australia, que permitirá que los datos transiten de manera más rápida, segura y directa entre los continentes.

De acuerdo con el sitio web del Gobierno de Chile, “posibilitará el desarrollo de herramientas de altísima tecnología“.

“En particular, Humboldt promoverá el desarrollo de industria nacional generadora de software y creadora de Inteligencia Artificial (IA), que requieren esa conectividad”, señalan.

Esto significa que el país se consolidará como un “Hub Digital” en la región, es decir, un espacio de innovación tecnológica.

¿Cómo será el cable de Humboldt?

Consiste en una fibra óptica muy fina instalada a 4.000 metros de profundidad, que tendrá un diámetro de solo 17 milímetros en la zona más profunda, es decir, 1,7 centímetros. Más cerca de la costa, antes de pasar los 1.500 metros, será un poco más grueso.

Según explicó Patricio Rey, gerente general de Desarrollo País, la empresa nacional que materializará esta iniciativa, se considera una estructura muy segura y difícil de intervenir.

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“Es mucho más sencillo poder intervenir canales de comunicación en Tierra”, planteó durante una entrevista con Expreso Bío Bío, “cualquier intento de intervención se detecta rápidamente”.

En la zona más profunda donde estará ubicado ni siquiera necesita alguna fijación, “cuando se acerca a la costa, se le ponen ciertos blindajes. Pero son recubrimientos exteriores para protegerlo, no llega a tener más de 10 centímetros en la parte más protegida“, explicó Rey.

Los riesgos a los que se enfrenta el cable son los terremotos, pero también las anclas de los barcos y la pesca de arrastre, razón por la que se está trabajando en una infraestructura crítica para protegerlo en las zonas costeras, y se realizan estudios para evaluar la actividad sísmica.

A mitad de camino hacia Australia, el cable tendrá una estación en la Polinesia Francesa, donde se alimentará de energía para seguir cruzando el Océano Pacífico.

Además, cada 50-70 kilómetros tendrá un repetidor, que es dispositivo que amplificará su señal, permitiendo que esta se transmita a mayor distancia o a través de obstáculos que puedan debilitarla.

Este cable será la segunda gran conexión de Chile, que ya tiene una con Estados Unidos. Su instalación partirá este año y se espera que comience a operar en 2026.

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