La Reserva Federal (Fed) inicia este martes una nueva reunión de su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), que llega precedida de la habitual presión del mandatario estadounidense, Donald Trump, para que baje los tipos, pero también de la determinación del organismo de no apresurarse al respecto.
En su anterior encuentro, los pasados 6 y 7 de mayo, la Fed volvió a dejar los tipos en su rango actual del 4,25% al 4,5% y su presidente, Jerome Powell, dejó claro nuevamente que la insistencia del líder republicano no iba a afectar su toma de decisiones.
En aquel momento se admitió que la incertidumbre es “extremadamente elevada” debido a la guerra arancelaria emprendida por la Administración republicana, pero también que no hay que tener prisa porque “los costes de no hacer nada son bajos”.
Comienza la reunión de la Reserva Federal de EEUU
Trump no tardó en reaccionar dejando constancia a través de su red, Truth Social, de su incredulidad ante la falta de acción de Powell, al que ha apodado como “Tardón”. El 12 de junio elevó el tono y le llamó “imbécil”.
Aunque fue Trump quien le puso al frente de la Fed en 2018 durante su primer mandato (2017-2021), en esta segunda etapa en el poder ha amenazado con despedirle por su negativa a obedecerle, pese a que la ley no le permite echarle del puesto.
Esta reunión de dos días llega en plena negociación de Estados Unidos con sus socios comerciales para llegar a nuevos acuerdos sobre la imposición de aranceles. El plazo concedido por el líder republicano acaba a principios de julio.
“Los miembros de la FED han sido claros: antes de tomar cualquier decisión necesitan que la Casa Blanca resuelva las grandes incógnitas en torno a los aranceles, la inmigración y los impuestos. Los ataques de Israel a las instalaciones nucleares iraníes también han introducido otro elemento de incertidumbre para la economía global”, apunta el analista de mercados Manuel Pinto.
El último dato de inflación disponible, difundido el 11 de junio, no reflejó un gran impacto de la política arancelaria en los precios en Estados Unidos, que subieron en mayo un 2,4% interanual, solo una décima por encima del dato de abril.
A su vez, el desempleo se mantuvo en mayo por tercer mes consecutivo en el 4,2%, y el Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo un 0,2% en el primer trimestre a ritmo anualizado, lo que según el dato revisado supone una décima menos que en los cálculos anteriores.
“El impacto de los aranceles de Trump es prácticamente invisible en los datos hasta el momento”, añade el economista de Julius Baer Julian Schaerer, que coincide en que la Fed mantendrá su política monetaria “sin cambios durante el verano antes de recortar los tipos en septiembre y octubre a medida que el crecimiento económico se desacelera”.
Se prevén una o dos bajas de tipos en EEUU
A finales de mayo, en sus actas de la reunión de ese mes, la Fed avanzó que espera que haya “una o dos bajadas”.
Los participantes en la reunión del Banco Central coincidieron en la posibilidad de que la inflación sea más persistente de lo esperado, pero también en que el organismo se encuentra bien posicionado para tomar sus decisiones sin prisa, a la espera de “mayor claridad” tanto sobre la subida de los precios como sobre la actividad económica.
“No nos sorprendería que solo se anunciara un recorte en el nuevo gráfico de puntos”, añade Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM, según el cual si la proyección no cambia respecto a la anterior de marzo, en 2026 se prevén tres bajadas.
Mientras, la Fed ha subrayado su independencia no solo al término de cada reunión o a través de sus actas, sino en el cara a cara que Trump y Powell mantuvieron en la Casa Blanca a finales de mayo.
Fue su primera cita en persona desde la vuelta al poder de Trump en enero, y el presidente de la Fed expresó que la trayectoria de su política dependerá completamente de la información entrante y de su impacto en las perspectivas.