Una propuesta de Estados Unidos está causando actualmente revuelo en toda América Latina: imponer un tributo a las remesas que los emigrantes mandan a sus países de origen.
La idea de poner un impuesto del 5% a los envíos de dinero proviene de los republicanos, el partido gobernante del presidente estadounidense, Donald Trump.
La presidenta de México eligió un escenario muy especial para criticar la propuesta, enfatizando de esta manera visualmente el aspecto sociopolítico de sus palabras. Dijo: “No se puede gravar dos veces a quienes ya pagan impuestos”.
Las remesas rondan los 160.000 millones de dólares
El informe anual del Departamento de Migración del Banco Interamericano de Desarrollo señala que, en 2024, el volumen total de remesas desde EEUU a países de América Latina y el Caribe ronda los 160.900 millones de dólares, lo que supone un aumento de 7.700 millones respecto del año anterior.
Los mayores receptores son México (64.700 millones de dólares) y Guatemala (21.500 millones de dólares). Esto significa que, solo en México, entran cada día unos 177 millones de dólares.
“Si comparamos los ingresos por remesas en relación con el producto interno bruto de los países de la región, en 2024 representaban alrededor del 20% del PIB en Guatemala. En Nicaragua, el 27%, en Honduras, el 26%, en El Salvador, el 24%, en Haití, el 20% y, en Jamaica, el 19%”, detalla Jesús Alejandro Cervantes González, del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).
La relevancia económica y sociopolítica de los envíos de dinero para los países receptores es enorme.
“Las remesas alivian las limitaciones presupuestarias de millones de hogares receptores y reducen sus niveles de pobreza. Les permiten disfrutar de un mayor nivel de vida y contribuyen a financiar gastos en bienes de consumo, educación, sanidad, vivienda y, en algunos casos, inversiones en negocios familiares”, señala Cervantes González.
Según estudios del CEMLA, en México hay 4,5 millones de hogares y 9,8 millones de adultos que reciben remesas. Sobre todo, las zonas rurales más pobres se benefician de ellas.
Impuestos y controles de identidad para combatir la migración irregular
En Florida, el gobernador Ron DeSantis estudia un control de identidad en las transferencias de dinero para que los remitentes deban demostrar que trabajan legalmente en el país, informa el portal El Economista, con el objetivo de evitar que los inmigrantes irregulares transfieran dinero al extranjero.
El senador mexicano Antonino Morales, del partido gobernante Morena en Oaxaca, critica que las distintas consideraciones son “abiertamente discriminatorias y racistas, porque afectan a los extranjeros con residencia irregular en Estados Unidos”.
Aparte del impuesto a las remesas, los controles de identidad restringirán su acceso a programas como Obamacare o Medicare, explica Morales.
La ley aún no está clara
“En principio, el impuesto sólo se aplicaría a los inmigrantes que no son ciudadanos estadounidenses. Esto incluye tanto a los inmigrantes indocumentados como a los que tienen residencia documentada, es decir, están legalmente en Estados Unidos”, explica Cervantes González, experto del CEMLA.
El impuesto a las remesas, que podría entrar en vigor a partir de 2026, podría tener un impacto negativo significativo en el volumen de envíos a la región de América Latina y el Caribe. Esto sería especialmente grave para México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, debido a su elevada participación en el PIB.
Estos países se verían doblemente afectados, “ya que este impuesto se suma a las continuas deportaciones de inmigrantes indocumentados y se produce en un momento en el que hay indicios de que Estados Unidos está experimentando un descenso del empleo entre los inmigrantes de la región latinoamericana”, afirma Cervantes González.
Pero la propuesta estadounidense de impedir que los inmigrantes indocumentados envíen remesas a sus países de origen podría tener más consecuencias.
El experto del CEMLA ve el riesgo de incentivar el mercado negro: “El impuesto a las remesas podría llevar a que los envíos se realicen de manera informal a través de mensajeros o mediante transferencias digitales a través de criptoactivos”.