Laura Bassi, la primera mujer de la historia doctorada en ciencias (y todas las trabas que sufrió) | Ciencia y Tecnología

En el siglo XVIII parecía imposible que las mujeres pudieran acercarse a algún campo profesional por fuera de las tareas domésticas, pero no fue así para Laura Bassi, la primera de la historia que se doctoró en ciencias y que —de manera inaudita para la época— consiguió trabajo en una universidad y recibió un sueldo por ello.

Aunque no como le hubiera gustado. De hecho, si bien llegó mucho más lejos que la gran mayoría de las mujeres de ese siglo, el sistema se esmeraba en no dejarla avanzar.

Bassi logró doctorarse y fue “profesora” de física, pero no le permitían enseñar públicamente ni participar activamente en instancias de la Academia.

En ese entonces, todavía se debatían los derechos de las mujeres y, para muchos, era “bulgar” que una mujer asistiera a reuniones que aparentemente eran exclusivas para hombres. Pero aun así logró romper los estándares.

Acá te contamos su historia pionera y como surgió con éxito en un área dominada por los hombres

¿Quién fue Laura Bassi?

Laura Bassi nació en 1711 en Bolonia, Italia, de acuerdo con National Geographic, en una familia acomodada y culta, donde creció como una niña prodigio, ya que demostró desde pequeña una gran inteligencia. Su padre notó su potencial y tomó medidas al respecto.

La joven Bassi recibió entonces la mejor educación que pudieron darle, de la mano de tutores que le enseñaron francés, latín, matemáticas, filosofía, metafísica, lógica e historia. Su inteligencia era tal, que aun siendo muy joven, académicos de la región la visitaban en su casa para conocerla.

Pero no fue realmente célebre hasta 1732, poco antes de cumplir los 21, ese año la nombraron miembro de la Academia de Ciencias de Bolonia y despertó el interés en figuras importantes de la época, como el futuro Papa Benedicto XIV, quien la animó a seguir. Asimismo, recibió un doctorado honorario de la Universidad de Bolonia, donde más tarde consiguió trabajo.

Sin embargo, no fue fácil, un 17 de abril de 1732 Laura Bassi tuvo que rendir un examen frente una gran multitud, académicos y las figuras más importantes de la ciudad, para demostrar sus capacidades.

Laura Bassi
Representación artística de Laura Bassi | Wikimedia Commons

Según recoge la BBC, allí tuvo que responder y defender 49 preguntas complejas sobre física, metafísica y la naturaleza del cuerpo y el alma. Esto la llevó a convertirse en la segunda mujer de la historia que recibió un doctorado.

Recordemos que, la primera fue Elena Cornaro Piscopia, en 1678, quien se doctoró en filosofía.

Un doctorado después

Pareciera que a Bassi no le costó tanto escalar en este mundo de hombres, pero lo curioso fue que su puesto en la prestigiosa casa de estudios tenía letra chica. Se publicaron 3 volúmenes de poesía en su honor y se le asignó un salario de 500 liras, pero se le restringieron muchas cosas.

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La académica tuvo una educación privilegiada, igual que muchos hombres de la época, pero seguía siendo una mujer, aun cuando Bolonia era ya un poco avanzada en ese ámbito, pues los logros de las mujeres eran celebrados, pese a que se seguían debatiendo sus derechos.

De hecho, la integración de Bassi en el cuerpo académico de la universidad más antigua del mundo fue una iniciativa “moderna”. En otros países tardaron unos cientos de años más, por ejemplo, en Estados Unidos la primera profesora universitaria apareció en 1871, mientras que en Reino Unido en 1904.

Pero en los años de Bassi, la institución temía haber sentado un precedente e intentó remediarlo disminuyendo su puesto. Era profesora, pero no tenía los mismos derechos de los otros académicos, se le instaba a dedicarse a la literatura y escribir versos, algo más adecuado para ella.

Del mismo modo, no se le permitía dar cátedra ni participar de asuntos cotidianos de la Academia.

Hombres visionaros apoyaron a Laura Bassi

Sin embargo, logró superar en cierto modo estos obstáculos… con la ayuda de otros hombres.

Su esposo, el también científico Giuseppe Veratti, y Prospero Lorenzo Lambertini, que después se convirtió en Benedicto XIV.

Lambertini, que era un creyente de reconocer el talento de las mujeres, presionó para que le permitieran a Bassi dar conferencias ocasionalmente o participar de debates públicos. También en 1745 creó un grupo selecto de científicos al que llamó ‘Bennedetina’. Inicialmente, incluyó solo a 24 académicos, pero luego añadió a Laura como el miembro número 25, aunque no tenía los mismos derechos.

Su esposo, por su parte, la apoyó en diversas iniciativas, pero una de las más destacables fue en 1749, cuando crearon juntos una suerte de “escuela doméstica”, para que Bassi pudiera impartir clases en su propia casa.

Según recoge BBC, su curso de 8 meses era más completo que los de la Universidad o el Instituto de Bolonia. Además, tuvo un amplio éxito cuando los estudiantes dejaron de limitarse a Italia y empezaron a asistir desde toda Europa.

Bassi y Veratti también lograron montar uno de los laboratorios más importantes del país y allí trabajaron en diversas áreas. Una de las más destacables fueron posibles aplicaciones de la electricidad en la medicina.

Esto último la llevó a convertirse en presidenta de Física Experimental en la Universidad de Bolonia, en 1776, así finalmente pudo dar cátedra en la institución.

Pero falleció solo 2 años más tarde.

Curiosamente, la casa de estudios cerró el paso a las mujeres con su muerte por otro siglo más. De hecho, las que la precedieron lograron escalar en la institución recién en 1874.

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