El economista, Salvador Valdés, advirtió que el préstamo del 1,5% de la cotización adicional al Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP) afectará a los trabajadores y podría generar un aumento en los impuestos futuros. Además, criticó la justificación del mecanismo, señalando que beneficia solo a los actuales pensionados, a costa de las futuras generaciones, lo que lo acerca a un sistema de reparto.
El economista y formulador original de la propuesta de licitación de stock de antiguos afiliados, Salvador Valdés, cuestionó en El Mercurio el mecanismo de préstamo al Estado incluido en la reforma previsional, argumentando que impone una carga desproporcionada sobre los trabajadores y carece de fundamentos de solidaridad.
El colega de Ignacio Briones en la Universidad Adolfo Ibáñez cuestionó la justificación de la medida propuesta y sostuvo que, si el Estado optara por financiar este fondo a través del mercado financiero en lugar de recurrir a los trabajadores, tampoco habría impacto en el déficit fiscal.
Además, advirtió que esta estrategia conlleva un alto riesgo en caso de crisis económicas. “Lo recaudado por los préstamos forzosos es más vulnerable a un estancamiento de la masa salarial imponible”, lo que podría comprometer su sostenibilidad. En ese sentido, aseguró que “la motivación de la izquierda es otra. Es mostrar los aportes forzosos como solidaridad de los trabajadores”.
“El electorado o sabe que este aporte forzoso es antisolidario por otra razón más dura”, afirmó el economista. Su análisis apuntó a que la rentabilidad prometida por el Estado podría no superar los retornos de una estrategia de inversión alternativa y significaría una carga especialmente alta para quienes ya enfrentan dificultades económicas. «Para los 4 millones de morosos chilenos es dramático ser forzado a prestar al FAPP», subrayó.
Valdés también alertó sobre la posibilidad de que, para devolver estos fondos con intereses, el Estado deba recurrir a un alza de impuestos en el futuro. “Al tomar en cuenta la fuerte contracción de la natalidad y el estancamiento de la productividad laboral, se concluye que los impuestos netos futuros subirán fuerte, haciendo que el impacto global para los ahorrantes también sea negativo”, proyectó.
Finalmente, criticó que el mecanismo no generaría beneficios para los pensionados en el largo plazo. “La única ganadora es la generación inicial de mayores, porque no aportó. Esta es la paradoja y la falacia de la solidaridad en el reparto clásico y también en los mecanismos que trasladan el reparto a las cuentas fiscales, como en la reforma», concluyó.